miércoles, 20 de abril de 2011

Viacrucis por la santificación de los Sacerdotes: por ellos, para ellos.



2011

VIA CRUCIS

(por ellos, para ellos)


Según el mensaje del Sto Padre Benedicto XVI en esta última semana, en la que la Iglesia recuerda el dolor de María junto a la cruz dice: “El Apóstol de los gentiles, en la Carta a los Filipenses, expresa el sentido de la transformación que tiene lugar al participar en la muerte y resurrección de Cristo, indicando su meta: que yo pueda «conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos» (Flp 3, 10-11). El Bautismo que recibimos, por tanto, no es un rito del pasado sino el encuentro con Cristo que conforma toda la existencia del bautizado, le da la vida divina y lo llama a una conversión sincera, iniciada y sostenida por la Gracia, que lo lleve a alcanzar la talla adulta de Cristo.”

- En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

- Pésame Dios mío…

Oremos: Recibimos de manos de un sacerdote el Bautismo, de otro la reconciliación y el alimento de la vida en la Eucaristía, por eso en este vía crucis acompañaremos a María Dolorosa y oraremos por los sacerdotes, por los más nuestros, por su santidad, en reparación de sus faltas y con humildad pidiendo perdón por nuestros pecados contra ellos.

PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS CONDENADO A MUERTE, NUESTROS SACERDOTES SON CONDENADOS POR LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y EL PUEBLO

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

La condena que recibe Cristo, se sigue repitiendo en la vida, con todo el peso del dolor que conlleva, de no ser aceptado, de ser despreciado, encontrado falto en algo… sin embargo tenemos excusas para todos: que Pilato fue cobarde, que el pueblo no sabía, que los soldados no creían…Los sacerdotes se encuentran con esa condena casi todos los días, con miradas de sospecha, con sonrisas de burla, muchas veces escuchamos o vemos esa desaprobación y seguimos excusando…
Por el amor que le tienes a tus elegidos, Señor, ten piedad de nosotros y de los que condenan.
Padre nuestro

SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CARGA LA CRUZ. EL SACERDOTE CARGA CON LOS PECADOS DE LOS HOMBRES Y LOS PRESENTA EN EL ALTAR.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Esa cruz de madera que Nuestro Señor cargó por nosotros, la asumen cada día los sacerdotes cuando se acercan al altar para celebrar la Santa Misa. Llevan en la mente y en el corazón los dolores de los hombres, los pedidos que les han hecho de oraciones, los enfermos que atendieron, los agonizantes que despidieron, los pecados que perdonaron… todo lo llevan para entregarlo a Dios para que lo santifique.
Por la generosidad de su vocación, Señor cúbrelos de tu amor y a nosotros muéstranos su dignidad

Gloria

TERCERA ESTACIÓN: CAE JESÚS POR EL PESO DE LA CRUZ. LOS SACERDOTES CAEN POR EL PESO DE SU PERSONALIDAD, TAMBIEN POR EL CANSANCIO Y LA SOLEDAD DEL SERVICIO.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Nos encontramos la primera de las caídas de Nuestro Redentor, tal vez fue una piedra lo que lo hizo tropezar… a nuestros sacerdotes le resulta de obstáculo muchas veces el exceso de trabajo, la superficialidad de la gente que los busca, tienta y abruma, sus propias facetas de ira, depresión, pereza o las propias heridas de la vida.
Permite Señor, que frente a sus caídas guardemos el mismo respeto silencioso que tenemos ante la caída de Jesús.

Pésame…

CUARTA ESTACIÓN: LA SANTÍSIMA VIRGEN SE ENCUENTRA CON SU HIJO JESÚS. ELLA CUIDA DE LOS SACERDOTES Y LOS SOSTIENE EN SUS LUCHAS

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

María salió al encuentro de su Hijo por si podía aliviarlo, pero no la dejaron acercarse. Ella es la Madre de cada sacerdote y no deja de acompañarlos en sus trabajos, dolores, decepciones. El Padre Bueno le permitió a su Hijo amado, tener a María junto a la cruz. Desde ese día cuando un escogido por el Señor sube al Calvario, junto a él se encuentra la Madre…
Madre, te encomiendo especialmente a los sacerdotes de mi comunidad. Que perciban la compañía de María en sus dolores y necesidades.
Ave María

QUINTA ESTACIÓN: EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ. LOS SACERDOTES SON LOS BUENOS CIRENEOS DE NUESTRA VIDA.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Dios nos creó en comunidad y para la comunión, por eso necesitamos tanto! de cireneos que nos ayuden a llevar la cruz, cuando se nos hace muy pesada. Dice el evangelio que el cireneo seguía a Cristo con la cruz y el pueblo lo seguía. Así sin sospecharlo cargando una cruz que no era la suya, se hizo guía de un pueblo…
Los sacerdotes son los seres que por vocación, están siempre disponibles para socorrer a las almas, para sostener, para preservar, para purificar, para enderezar, para alegrar, para consolar, para distribuir bienes espirituales y materiales. Ellos cargan cruces que no son propias y según las llevan son guías del pueblo…Muchas veces ellos necesitan la solidaridad de nuestra oración por ellos.
Concédenos Amado Dios la generosidad de orar siempre por estos hombres que ejercen ante nosotros el oficio del Verbo.
Padre Nuestro

SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESUS. EL SACERDOTE NOS LIMPIA Y CONSUELA EN LA RECONCILIACION.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Lo que para la Verónica fue un regalo, (el recibir el Rostro bendito de Cristo en su lienzo) el sacerdote lo hace con nosotros en cada reconciliación, nos quita del alma con cuidado las manchas, nos devuelve el Rostro de Cristo puro y limpio para que lo llevemos al mundo. Si tenemos alguna enfermedad grave, vicio, cobardía, él la sana con su poder sacramental y acrecienta en nosotros la fe y el amor.
Te damos gracias Señor por tener sacerdotes que en tu nombre nos regalan los sacramentos, bendícelos con una caridad ardiente y gozosa.
Ave María

SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ. LOS SACERDOTES SON ATACADOS POR LOS FIELES QUE LOS RODEAN.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Ha vuelto a caer el Salvador! El peso de nuestros pecados por segunda vez lo ha tendido en tierra. Jesús se ha ofrecido para reparar nuestras culpas y son muchas, por eso ¡son muchas sus caídas y dolores!. Cada pecado tiene su efecto y su perdón al soportarlo el Divino Reparador. Un peso que es especialmente duro para el sacerdote es el ataque y la incomprensión de los que tiene cercanos… Esos que forman la familia a la que Dios los ha prestado, para su servicio por un tiempo.
Los que reciben de ellos, toda la fecundidad de su ministerio son los que critican con mayor dureza…
Parecen fieras al acecho.
Ten piedad de nosotros si hemos participado en estos acechos. Ten piedad de las palabras vanas, de los gestos de condenación, del sarcasmo. Protege a tus elegidos de la maldad de los fieles!
Padre Nuestro

OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES. EN CADA SACRAMENTO EL SACERDOTE NOS ACERCA EL CONSUELO DE CRISTO Y SU TERNURA.


- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

El detenerse de Nuestro Redentor en medio de su dolor para consolar a las mujeres, es la acción sacerdotal más común y menos valorada… Esas mujeres eran madres y Jesús se conmueve por su dolor y el de los hijos. Cada familia con sus dolores está presente en esta estación para que Cristo se detenga y los mire, y consuele…Los sacerdotes deben olvidar sus dolores propios y confesar, dejar sus cansancios y celebrar los sacramentos que el pueblo les pide, olvidarse de si y escuchar, consolar, acompañar… a tantas almas. Tienen especial cuidado por defender la familia y la vida, ellos que van siguiendo a Cristo!
Por cada gesto de amor y servicio de nuestros sacerdotes, derrama una lluvia de bendiciones en su vida, te lo pedimos Señor!
Ave María

NOVENA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ. LOS SACERDOTES CAEN ABRUMADOS POR SU CONFIGURACION CON CRISTO, PARA NUESTRO BIEN.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

La tercera caída de Jesús, fue la más dolorosa, ya cerca de la cima del monte… Era parte del sublime bajar del Amado, del Cielo a la tierra, de hombre a esclavo, portando la cruz de su martirio, ahora lo vemos besando la tierra a la que ha bajado. Le quedan pocos abajamientos al Salvador y no dejará ninguno por nuestro bien. Esta tercera caída, es como si quisiera abrazarnos, acariciarnos en medio del polvo de nuestros pecados. El sacerdote vive lo que celebra, Mamá Margarita dijo a su hijo Don Bosco: “comenzar a decir Misa es comenzar a sufrir”. El elevar a Cristo para ser adorado y reconocer que “esa” es mi carne y mi sangre, los hace otro Cristo, esta identificación trae necesariamente para ellos la participación en los dolores de Redención, por eso son los más queridos y cercanos al Corazón de Cristo.
Te pedimos tu gracia para nuestros sacerdotes, para que lleguen a ser Cristo manso y humilde, con todos los fieles.
Pésame

DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS. EL SACERDOTE SE DESPOJÓ DE SU FAMILIA, DE SUS BIENES, DE SU PROPIA VOLUNTAD POR LAS ALMAS.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

En desnudez extrema está el Señor dueño del universo, los ángeles lo contemplan y callan atemorizados, pero Jesús esposo amoroso ha venido a buscar a su esposa, la humanidad, para llevarla pura y limpia a los brazos del Padre. No dejará detalle sin probar su amor, ni despojo que vivir… A sus elegidos los sacerdotes, los invita a seguirlo por los mismos caminos y les muestra la manera de configurarse con El. Ellos que fueron invitados a dejar su familia, su tierra, sus bienes, poco a poco el mismo Señor que es el Amante y el Amado los va despojando de su yo, última reliquia que les quedaba y en algún momento de su vida dirán como Pablo: “no soy yo el que vive, es Cristo que vive en mi”
Te pedimos Padre Bueno que concedas a nuestros sacerdotes una fidelidad alegre en el servicio que tu les señales.
Gloria

UNDÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ. EL SACERDOTE ESTÁ CLAVADO EN SU SERVICIO Y ENTREGA POR LAS ALMAS, ENTREGA QUE ES PARA SIEMPRE.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

El pecado fue desobediencia y negación de escuchar la dulce voz de Dios, esa falta de obediencia y escucha, la repara Cristo clavado por amor a la cruz, buscando la voz del Padre. Dicen que por buscarlos a los más escondidos se trepó al madero y abrazado a él, nos gritó su sed, con infinita ternura. Cristo obedeció hasta la muerte sin moverse, ni negarse a cumplir en totalidad la Voluntad Divina. El sacerdote misteriosamente es clavado en su servicio eclesial, y ahí queda fijado hasta que la obediencia lo manda a otro lugar, su entrega a las almas es definitiva y total y sobre todo para siempre.
Por la necesidad de nuestras almas de un guía que enseñe, un padre que perdone y alimente, danos sacerdotes santos y a los que tenemos llévalos a la santidad.
Padre Nuestro

DUODÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ POR AMOR A MI. EN CADA EUCARISTÍA EL SACERDOTE MUERE CON CRISTO POR LAS ALMAS QUE SE LE ENCOMIENDAN.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Después de ofrecer la salvación al ladrón arrepentido, y darnos las últimas palabras, inclina el Señor su cabeza y entrega su Espíritu. No lo entrega al Padre como los moribundos, lo sopla sobre María y la nueva Iglesia reunida en Juan y las mujeres… Es un anticipo de la Pascua, de Pentecostés. La muerte no tiene la última palabra, la tiene la Vida que se dona!
Vuelve con su aliento al paraíso de donde parte el pecado y la muerte, vuelve con su amor fiel a dar Vida. Repitiendo el amor de una vocación de entrega total, el sacerdote en cada Eucaristía muere con Cristo por las almas y les da vida abundante en la Palabra y su Cuerpo, los congrega en unidad para que derramen vida en los caminos del mundo.
Te pedimos Señor la gracia de conocer los misterios de amor que vivimos y para tus sacerdotes que experimenten tu ternura, creciendo en el amor en cada gesto sacerdotal que realicen.
Pésame

DECIMOTERCERA ESTACIÓN: BAJAN DE LA CRUZ A JESUS Y SE LO DAN A MARÍA. EN CADA EUCARISTÍA EL SACERDOTE NOS ENTREGA A JESÚS.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

La espada de dolor que desde la Presentación estaba en el corazón hincada, ha penetrado más hondo todavía, y se convirtió en lanza que abrió el Corazón de su Hijo. Ahora su fiat se refiere al abandono de su Hijo y el acoger al discípulo como hijo nuevo.
Con la misma docilidad y ternura, en cada Misa el sacerdote nos entrega el Cuerpo de Cristo, nos alimenta y se transforma para nosotros en Padre que nutre, enseña, defiende y limpia. Sintiéndose amado y unido con el Verbo, se hace para cada alma fuente de vida eterna.
Bendice Señor a todos tus sacerdotes para que acrecienten su fe en el don recibido con la ordenación sacerdotal y su gozo de vivirlo cada día.
Ave María

DECIMOCUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES SEPULTADO Y RESUCITA GLORIOSO. EL SACERDOTE CON SU VOCACION NOS ACTUALIZA LOS MISTERIOS DE LA SALVACIÓN.

- Te adoramos Cristo y te bendecimos
- que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Los fieles junto con María han depositado a Cristo en el sepulcro, la Iglesia y la creación entera esperan en silencio. Cristo ha obedecido al Padre en toda su Voluntad, hasta consumar la vida en oblación. Gimió al padre en Getsemaní y fue escuchado por su Padre que no lo dejó en ese sepulcro… El Padre que siempre lo engendra, le da un cuerpo glorioso por ese de carne, que Cristo le ha devuelto en la cruz. El cuerpo glorificado, que es Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, no puede ser sujeto por una piedra, ni detenido por un cenáculo cerrado, Jesús glorioso que se hace caminante, comensal y amigo! De la misma manera el sacerdote hace presente en el mundo los tesoros de la fe, es protagonista de la salvación, que pasa por su propio cuerpo, por su voz, por sus manos. Sin sacerdocio, no hay Eucaristía ni accedemos al perdón!
Amado por acercarnos a contemplar los misterios vividos por tu Hijo, ten piedad de nosotros y de nuestros sacerdotes, dales una santidad gozosa y profunda del que sabe y vive el secreto de la Vida abundante!!
Gloria


Frente a Cristo vivo y resucitado en el Sagrario, le ofrecemos este ejercicio de piedad y el mejor propósito de vivir la semana Santa en unidad con la Iglesia, por nuestra familia, por la sociedad…
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

lunes, 18 de abril de 2011

Rogativas al Inmaculado Corazón de María por los sacerdotes


ROGATIVAS AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que caminan por sendas equivocadas.

R/ Madre de los sacerdotes, sálvalos.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que han perdido sentido a su vocación.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que han caído en la tentación.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que ya no buscan a Dios.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que no viven los consejos evangélicos en su plenitud.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que están más ocupados en las cosas del mundo que en los asuntos del Cielo.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que llevan una doble vida.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos con deseos de fama y de poder.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que toleran actos pecaminosos.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que reciben el Cuerpo y la Sangre de Jesús indignamente.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que han abandonado la Iglesia.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que son débiles para profesar su fe.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que ahondan, aún más, la espada de dolor que atraviesa vuestro doloroso Corazón.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que sacan de la verdadera doctrina a los fieles de la Iglesia.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que son causa de vuestras lágrimas de sangre.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que no cumplen con sus obligaciones propias de su estado.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que no muestran reverencia por la Sagrada Eucaristía.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que poco te aman.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que tienen sed de vanagloria y aprecios humanos.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes que son pocos entregados al sacramento de la Confesión

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos apegados a lo que no es el fin santo de su vocación.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que carecen del espíritu de mortificación y amor a la cruz.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos endurecidos que no limpian su corazón del mundo y de la carne.

V/ Inmaculado Corazón de María, ruega por todos aquellos sacerdotes y religiosos que manifiestan poco respeto por sus superiores.


Padre Eterno os ofrezco la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, por la conversión y salvación de todos los sacerdotes y religiosos del mundo entero.

Rosario de reparación sacerdotal


1. EL BAUTISMO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EN EL RÍO JORDÁN.

“Fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posó sobre Él. Y vino una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto”

Mt 3, 13-17

Cristo por los misterios de la Encarnación tomo nuestra condición humana. En este misterio oramos por aquellos sacerdotes que no imitan al Señor Jesús Divino maestro y en quien el Padre ha puesto su complacencia y llevan una vida acomodada a los criterios del mundo, una vida que carece del Aroma de Cristo, sacerdotes que llevan una vida de mal ejemplo para sus feligreses e hijos espirituales.

Padre nuestro, 10 Avemarías y Gloria.


2. LA AUTORREVELACION DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EN LAS BODAS DE CANA.

“Había una boda en Caná de Galilea, y la Madre de Jesús estaba allí. Faltó el vino, y la Madre de Jesús dijo a Jesús: No les queda vino. Luego dijo a los sirvientes: Haced lo que él os diga…Así Jesús comenzó sus signos y creció la fe de sus discípulos”

cf. Jn 2, 1-12

Ofrecemos este misterio por aquellos sacerdotes que no beben del vino de la Gracia Sacerdotal que el Señor les ofrece por manos de María, sino beben en otras fuentes. Fuentes de la Nueva era, fuentes contaminadas de filosofías orientales, fuentes turbulentas que degradan la Divinidad de Jesucristo.


Padre nuestro, 10 Avemarías y Gloria.



3. EL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS INVITANDO A LA CONVERSION.


“Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio”

Mc 1, 14-15


Este misterio lo ofrecemos por los sacerdotes infieles al anuncio del Evangelio. Aquellos sacerdotes permisivos que han desvirtuado la noción del pecado, por aquellos sacerdotes que adornan sus homilías con palabras falaces por miedo a decir la verdad, por aquellos sacerdotes que predican para sus fieles pero no para ellos mismos y por aquellos sacerdotes que les puede más el mundo porque su entrega a Dios ha sido condicionada por ellos mismos.


Padre nuestro, 10 Avemarías y Gloria.


4. LA TRANSFIGUARCION DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EN EL MONTE TABOR.


Subió Jesús a una montaña muy alta y se transfiguró delante de Pedro, Santiago y Juan. Su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y una voz desde la nube decía: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo”

cf. Mt 17, 1-9


Pedimos por aquellos sacerdotes que no se han dejado trasfigurar en su sacerdocio cortando la acción del Espíritu Santo, sacerdotes débiles en su fe porque han dejado poco a poco la oración y por aquellos sacerdotes que cierran sus oídos a la voz de Dios y su corazón a la Dulce presencia de María madre de los sacerdotes.


Padre nuestro, 10 Avemarías y Gloria.


5. LA INSTITUCION DE LA SAGRADA EUCARISTIA.


Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Lo mismo hizo con la copa, diciendo: Este es el cáliz de la nueva alianza sellada con mi sangre”

cf. 1Co 11, 23-26


Corazón Eucarístico de Jesús queremos pedir en este misterio por todos los sacerdotes que celebran la Eucaristía indignamente y en forma rutinaria, por los sacerdotes que han dejado de administrar el Santo Viatico a los moribundos, y por aquellos sacerdotes poco comprometidos en el pastoreo de sus rebaños, por los sacerdotes fríos y tediosos en la oración .

Padre nuestro, 10 Avemarías y Gloria.


Oramos por las intenciones del Santo Padre.


Padre Nuestro Avemaría y Gloria.

sábado, 16 de abril de 2011

Domingo de Ramos: homilia de la Sagrada Congregación para el Clero


Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

Año A
Evangelio de la Procesión Mt 21,1-11: www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/9abtnfu.htm
Lecturas de la misa





Este es el domingo en el cual la gran puerta del la semana santa se abre de frente a la vida de cada cristiano. Hoy, el tiempo se hace verdaderamente más breve y el discípulo esta llamado a seguír con paso más firme al señor Jesús que entra en Jerusalén. La identificación con los discípulos de Cristo puede ciertamente ayudárnos a comprender lo que la liturgia del día nos invita a contemplar. Ellos, como los habitantes de la ciudad santa, habían sido testigos de los milagros que Jesús había cumplido en los días precedentes y de como Aquel que de meses seguían con interés había de hecho resucitado un hombre de entre los muertos, Lázaro de Betania. Si en un tiempo, al escuchar el proposito de Jesús de dirigirse a Jerusalén, habían sentído temor y desconcierto, ahora, a guiar sus pasos era la euforia que perdía el sentimiento del la gente, sorprendida por el cumplimiento de las promesas reveladas por los profetas. Pero como acabamos de escuchar, el clima, esta destinado a cambiar rapidamente y, el titulo mesianico de «Hijo de David» (Mt. 21,9) –apesar de revelarse en su personalidad real: «Rey de los Judios» (Mt. 27,29-37) – se convierte en motivo de burla por parte de los soldados. Sin embargo, el Señor Jesús, hasta en la hora de la agonia más atroz , mientras fue abandonado por todos, no sede a la tentanción de “apartar de Él” el cáliz que el Padre desea que Él beba. De hécho, es precisamente en aquel momento que se manifiésta lo que el profeta Isaías había pre anunciado a travéz de uno de los cuatro poemas del siervo, propuesto en la primera lectura: en esto surge por lo tanto, el estilo que cada uno de nosotros debería de asumir: «Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche» (Is. 50,4). El “escuchar” para los pueblos semitas no es diferente del “seguir” ; y es precisamente el tema del “seguimiento” a ser como el hilo rojo que enlaza todos los textos de la Sagrada Escritura que hoy hemos escuchado: un seguimiento que cuando no es negado como en el caso de los discípulos que «lo abandonaron y escaparon» (Mt. 26,56), es signo inequívoco del amor de Dios Padre, única posibilidad para amar verdaderamente a los hermanos. Es sólo a travéz del “seguimiento de Cristo” que se actúa nuestra redención: la vida del Señor Jesús ha sido toda definida por la escucha de la voluntad del Padre. No nos debe sorprender, por lo tanto, si la Iglesia nos propone también uno de los textos más antiguos que hablan de Jesús, un pasaje de la carta a los Filipenses que en seis versículos logra diseñar de frente a nosotros la vida de Cristo a travéz del camino de la obediencia. No existe otra posibilidad, para nosotros, si no aquella de entrar en la contemplación de estos días de Pasión a travéz del “seguimiento de Cristo”: vivamos estos días buscando su presencia en las llagas de nuestra história –en el trabajo, con la familia, con los amigos- ; sigamoslo por los caminos de Jerusalén, teniendo cuidado de regresar a Él cada vez que, durante esta semana nos demos cuenta de haberlo traicionado, abandonado, perdido de vista; subamos con Él hasta el Calvario y pidamosle que, Su abandono total a la muerte de cruz, nos permita reconocerlo como Aquel que es el único que puede cambiar nuestra vida, así como hizo el Centurión que antes se había burlado de Él: «verdadermente éste era Hijo de Dios» (Mt. 27,54)

sábado, 9 de abril de 2011

V domingo de Cuaresma por la Congregación para el Clero

V DOMINGO DE CUARESMA
AÑO A

Ez 37,12-14 :


Rm 8,8-11 :


Jn 11,1-45 :



«Desde lo más profundo te invoco, Señor; ¡Señor, oye mi voz!» (Sal. 130). En este quinto Domingo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a mantener la mirada sobre la realidad, tal vez más “escandalosa” de la experiencia humana.

En el texto del Evangelio, que apenas escuchamos, sorprende ver como todos son solidarios a Marta y María, las hermanas del difunto Lázaro, en este momento de gran luto. Se abre de frente a nosotros una escena de dolor inaudito. Al Señor Jesús llega la naticia de la enfermedad de aquel que Él ama, Lázaro; se trata de un mensaje de parte de las hermanas de Lázaro, las cuales, de frente a la gravedad de su condición, habían intentando la única cosa posible, dirigirse a Aquel del cual se decía: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos» (Mc. 7,37). Es el grito de cada uno de nosotros, de quien quisiera que las personas amadas vivieran para siempre, y que no nos dejaran jamás. El Señor Jesús, inexplicablemente, espera dos días, para ponerse en camino, con Sus discípulos, hasta el momento de la muerte del amigo Lázaro, de la cual Él era divinamente consciente.

Este particular nos dice que el Verbo de Dios se ha hecho hombre por amor de cada uno de nosotros y que sobre cada uno, en cada instante, pone Su mirada de amor, en la espera de aquel encuentro de Alegría inmensa que será en la Eternidad. A la llegada de Jesús a Betania, enseguída, vemos una “novedad” aparentemente inexplicable: primero María, después la hermana Marta, y detrás de ella todos los judíos que se habían unído a su luto, se dirigen hacia el Señor Jesús, seguros de que, si hubiéra existído una respuesta a su dolor, tal respuesta se habría centrado en aquel Hombre. Ciertamente, no se trataba de personas irreligiosas.

Habían profundamente adquirído la fe de Israel en la resurrección final, por lo tanto, aquel drama no era “últimamente” inesplicable; de hecho Marta responde al Señor: «Se que resucitará en la resurrección del último día». Pero, sabían que en la relación con aquel Hombre extraordinario, nada de cuanto había en ellos de autenticamente humano se habría perdido, incluso aquel grito de dolor, el cual sólo la fe escatológica y el tiempo habrían podido dar algún alivio. En este último “signo” cumplido por el Señor, antes del ingreso triunfal a Jerusalén, parece así unirse todo a esa “nueva realidad” inaugurada por el Emmanuel, el Dios con nosotros: compartiendo nuestra misma existencia, nos ha amado con aquella pasión suprema que es el amor virginal, que no busca nunca de poseer el corazón del otro, sino que lo ama en la verdad, con delicada insistencia, hasta sacrificarse por él; en esta infinita delicadeza y atención por cada uno, capaz, también de conmoverse, los hombres que tenían con Él los lazos de la más profunda amistad, por de más se daban cuenta que no podía ser otra cosa que la presencia de Dios: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá: y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?, Ella le respondió: Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo» (Jn. 11,25-27).

Cristo, por lo tanto cumple el gran milagro de la resurrección de Lázaro. Anuncia de esta manera, a travéz de las obras del Padre, que Él mismo, el Dios-Hombre, es la Vida y la Resurrección, Señor también de la vida biológica, tanto que Su voz puede alcanzar también a quien, como Lázaro, de la muerte ha superado el umbral de cuatro días. De frente a este signo, se hacen más claras las palabras con las cuales había preanunciado Su muerte y Resurreción: «Yo doy Mi vida, para después recobrarla de nuevo» (Jn. 10,18). Él realmente puede hacerlo, porque es Señor de la vida y, si la resurrección de Lázaro no impidió a este amigo, que el Señor amaba, abrazar una vez más "nuestra hermana la muerte corporal" – según la expresión de San Francisco – cuando Dios quiso llamarlo de esta vida, es más grande la Vida que el Señor ha ganado para Lázaro y para cada uno de nosotros, como lo veremos en pocos días, en el Misterio Pascual, que nos disponemos a celebrar.

La fe, entonces, nos dice que la extraordinaria experiencia de Cristo, que hacía que Marta y María pusieran en Él toda su confianza, incluso de frente a la muerte de Lázaro, no es sólo una historia reconfortante narrada en los Evangelios, sino que es accesible para cada uno de nosotros hoy, en la Iglesia, desde el día de nuestro Bautismo, es decir, desde que hemos sido incorporados a Él a través del Espíritu Santo que se nos ha dado: «Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales, por su Espíritu que habita en vosotros» (Rom 8:11). Santa María, Madre del Señor Resucitado, nos conceda la gracia de ver y experimentar todo a la luz de esta realidad extraordinaria. Amén.