de Mons. Li Jing Fen, Obispo de Feng Xiang.
“Tenedlo siempre presente: ¡La Iglesia no es un organismo secular, los sacerdotes no son simples funcionarios seculares!”. Es una de las frases de la Carta Pastoral por el Año Sacerdotal firmada el 7 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, por Mons. Li Jing Feng, Obispo de Feng Xiang, 87 años, uno de los Obispos chinos invitados por el Papa Benedicto XVI a la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema “La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia” en octubre del 2005.
La Carta, que incluye una oración para que los sacerdotes recen durante el Año Sacerdotal, presenta una serie de recomendaciones afectuosas y paternales que el anciano Obispo dirige a sus sacerdotes, son observaciones detalladas y de orden práctico: desde la espiritualidad (la lectura de la Biblia por al menos media hora; además de los deberes espirituales cotidianos, y el esfuerzo por aprender a rezar con los Salmos; buscar dirigir la oración comunitaria; rezar siguiendo las intenciones misioneras mensuales del Papa), hasta la disciplina y el estudio personal (obligatorio una hora al día: traducción del Nuevo Testamento; repasar la teología de los Sacramentos del matrimonio y de la confesión; estudio de Derecho Canónico, los números 469-502; 511-606; el estudio de los Documentos Conciliares: primer y segundo capítulo de la LG, los capítulos 2,3,4,5 y 6 de la SC, los capítulos 1,2 y 3 de la PO, el primer capítulo de la AA; además de 8 lecciones de lengua latina).
El Obispo quiere que sus sacerdotes vivan intensamente el Año Sacerdotal, convocado por el Papa Benedicto XVI, aprovechando del ardor suscitado por el Año Paulino, “que todo sacerdote se golpee el pecho como Pablo”, “que alcance la plena santificación”. En la Carta se subraya que “el Año Sacerdotal no es una fiesta, sino un momento de reflexión, de tomar conciencia, de corrección, de formación y de esfuerzo continuo”. “Ya que la indulgencia que el Santo Padre nos ha concedido necesita particularmente de la adoración, de la oración de las Horas, de la Celebración Eucarística devota, hecha con el corazón y con el alma”.
A continuación propone una lista de lo que debe ser la identidad de los sacerdotes en la Iglesia de Cristo, subrayando sobre todo que es Jesús quién llama. Los presbíteros son “mediadores entre Dios y los hombres”, “sacerdotes del Señor”, “faros que iluminan al pueblo de Dios”, “pastores del rebaño del Señor”, “siervos de la Eucaristía”, “siempre en búsqueda de la perfección espiritual”, “alter Christus”.
Mons. Li Jing Feng cita en su Carta una serie de enseñanzas del Papa sobre las cuatro características de la misión sacerdotal: eclesial, de comunión, jerárquica y dogmática; recordando el ejemplo de S. Juan María Vianney sobre la sensibilización de los sacerdotes a la fe, a la virtud, al comportamiento, a la caridad e incluso al modo de vestirse; subrayando la imagen del sacerdote que es un buen pastor. Mons. Li indica también propuso algunos ejemplo de sacerdotes ancianos, modelos para los jóvenes presbíteros, exhortándolos con estas palabras: “tenéis la autoridad concedida por el Señor de perdonar los pecados de los otros, ¡qué honor!”.
La Carta, que incluye una oración para que los sacerdotes recen durante el Año Sacerdotal, presenta una serie de recomendaciones afectuosas y paternales que el anciano Obispo dirige a sus sacerdotes, son observaciones detalladas y de orden práctico: desde la espiritualidad (la lectura de la Biblia por al menos media hora; además de los deberes espirituales cotidianos, y el esfuerzo por aprender a rezar con los Salmos; buscar dirigir la oración comunitaria; rezar siguiendo las intenciones misioneras mensuales del Papa), hasta la disciplina y el estudio personal (obligatorio una hora al día: traducción del Nuevo Testamento; repasar la teología de los Sacramentos del matrimonio y de la confesión; estudio de Derecho Canónico, los números 469-502; 511-606; el estudio de los Documentos Conciliares: primer y segundo capítulo de la LG, los capítulos 2,3,4,5 y 6 de la SC, los capítulos 1,2 y 3 de la PO, el primer capítulo de la AA; además de 8 lecciones de lengua latina).
El Obispo quiere que sus sacerdotes vivan intensamente el Año Sacerdotal, convocado por el Papa Benedicto XVI, aprovechando del ardor suscitado por el Año Paulino, “que todo sacerdote se golpee el pecho como Pablo”, “que alcance la plena santificación”. En la Carta se subraya que “el Año Sacerdotal no es una fiesta, sino un momento de reflexión, de tomar conciencia, de corrección, de formación y de esfuerzo continuo”. “Ya que la indulgencia que el Santo Padre nos ha concedido necesita particularmente de la adoración, de la oración de las Horas, de la Celebración Eucarística devota, hecha con el corazón y con el alma”.
A continuación propone una lista de lo que debe ser la identidad de los sacerdotes en la Iglesia de Cristo, subrayando sobre todo que es Jesús quién llama. Los presbíteros son “mediadores entre Dios y los hombres”, “sacerdotes del Señor”, “faros que iluminan al pueblo de Dios”, “pastores del rebaño del Señor”, “siervos de la Eucaristía”, “siempre en búsqueda de la perfección espiritual”, “alter Christus”.
Mons. Li Jing Feng cita en su Carta una serie de enseñanzas del Papa sobre las cuatro características de la misión sacerdotal: eclesial, de comunión, jerárquica y dogmática; recordando el ejemplo de S. Juan María Vianney sobre la sensibilización de los sacerdotes a la fe, a la virtud, al comportamiento, a la caridad e incluso al modo de vestirse; subrayando la imagen del sacerdote que es un buen pastor. Mons. Li indica también propuso algunos ejemplo de sacerdotes ancianos, modelos para los jóvenes presbíteros, exhortándolos con estas palabras: “tenéis la autoridad concedida por el Señor de perdonar los pecados de los otros, ¡qué honor!”.
Fuente: Agencia Fides