Te pedimos, Señor,
que tu(s) siervo (s) N., sacerdote (s),
a quien(es) encomendaste durante su vida
el ministerio sagrado,
llegue(n) a participar eternamente
en la gran asamblea de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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Escucha con bondad, Señor,
las plegarias que te dirigimos
por el eterno descanso de tu(s) siervo(s) N., presbítero(s),
y recibe en el gozo de todos tus santos
a quien(es) en tu nombre desempeñó(aron) fielmente su ministerio.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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Te suplicamos, Señor,
concedas que el(las) alma(s) de tu siervo(s) N., sacerdote(s),
a quien(es) morando en este siglo,
le(s) adornaste con los dones sagrados,
goce(n) siempre en de la morada gloriosa del cielo.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.