sábado, 13 de junio de 2009

CARTA A LOS OBISPOS CON MOTIVO DEL AÑO SACERDOTAL


Carta de la Congregación para el Clero a los obispos


Prot. N. 20090980

Eminencia/Excelencia:

En la audiencia concedida el pasado 16 de marzo a los Miembros de esta Congregación, reunidos en Asamblea Plenaria, el San Padre Benedicto XVI “para favorecer la tensión de los sacerdotes hacia la perfección espiritual de la cual depende, sobre todo, la eficacia de su ministerio” ha tenido la amabilidad de convocar un especial “Año Sacerdotal“, que comenzará el 19 de junio próximo, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, hasta la misma Solemnidad en el 2010. En efecto, celebramos el 150° aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, Juan María Vianney, verdadero ejemplo de Pastor al servicio del rebaño de Cristo (cf. Alocución del Santo Padre).

El Año Sacerdotal representa una importante ocasión para mirar, todavía más con grato estupor la obra del Señor que, “en la noche que fue entregado” (1Co 11,23), quiso instituir el Sacerdocio ministerial, uniéndolo inseparablemente a la Eucaristía, cumbre y fuente de vida para toda la Iglesia. Será un Año para redescubrir la belleza y la importancia del Sacerdocio y de cada Sacerdote, sensibilizando a todo el pueblo santo de Dios: Los consagrados y las consagradas, las familias cristianas, los que sufren y, sobre todo, los jóvenes tan sensibles a los grandes ideales vividos con auténtico empuje y constante fidelidad.

El título felizmente elegido por el Santo Padre para tal Año camina en esta dirección: “Fidelidad de Cristo, fidelidad del Sacerdote“, y que quiere indicar la primacía absoluta de la gracia, “Nosotros amamos porque Él nos amó primero” (1 Jn 4,19) y, al mismo tiempo, la indispensable y cordial adhesión de la libertad que sabe amar y que, recuerda al mismo tempo, que el amor es también “fidelidad”.

Como Su Eminencia/Excelencia podrá constatar, se trata de una importante ocasión para la profundización teológico-espiritual y la misión pastoral, que es fecunda ante todo para los mismos Sacerdotes, llamados a renovar la conciencia de la propia identidad y, consecuentemente, para fortalecer la tensión misionera, que brota de la intimidad divina del “estar” con el Señor. Fecundidad pastoral, que se dilata a cada ámbito y persona de la Iglesia, con una particular atención a la indispensable y prioritaria promoción de las vocaciones al ministerio ordenado.

El Año Sacerdotal se inagurará en la próxima Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, en la Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano, con la celebración de las Vísperas presidida por el Santo Padre. En tal efemérides, llegará a Roma desde Ars la reliquia del corazón de San Juan María Vianney, corazón que ha palpitado al unísono con el divino Corazón del Buen Pastor. Sería de gran importancia que se programara una análoga celebración en cada Catedral, Santuario o iglesia principal en cada circunscripción eclesiástica, con los Sacerdotes y los fieles que querrán unirse la oración.