miércoles, 22 de julio de 2009

Oración del sacerdote a Santa María Magdalena

Santa María Magdalena, acudo a tu poderosa intercesión
para que me ayudes a reconocer mi pecado.
Enséñame a tratar a Jesús
con la misma delicadeza que tú lo tratastes,
cuando en la casa del fariseo
enjugaste sus pies con tus lágrimas
y los secaste con tus cabellos.
Que mi vida sacerdotal sea ejemplo de delicadeza con el Señor
cada vez que celebro la Santa Misa y los Sacramentos
cumpliendo lo que la Iglesia me pide,
cada vez que hablo de él a mis hermanos,
cada vez que me acerco a un enfermo, a un niño, a un pobre.
Enséñame a llorar mi culpas
y hacer firme propósito de enmendar mi vida
mediante la penitencia y la caridad.
Enséñame a amar como tú lo hiciste,
porque al que mucho ama, mucho se le perdona.
Enséñame a amar con locura
para entregar toda mi vida, sin reservarme nada.
Haz que aprenda de ti la santa valentía
para estar junto a él en la cruz.
Enseñame a no tener respectos humanos,
a mostrar a todos que soy sacerdote de Jesucristo,
a ser valiente, a no moverme por lo que dirán.
Enséñame, Santa María Magdalena,
a buscar a Jesús con perseverancia,
para poder ser testigo de su resurreción.
Quiero como tú buscar a mi Maestro.
Ayúdame a no perderlo nunca,
y si me parece que no lo encuentro
a buscarlo con más ardor.
Con humildad acudo a ti,
escucha mis súplica sincera
e intercede por mí
ante el Trono de la misericordia.
Amén.